http//www.somossurnuestro@gmail.com

http//www.somossurnuestro@gmail.com
desde Cumaná

lunes, 10 de septiembre de 2012

Matar al árbitro Es necesario seguir desmontando los lineamientos editoriales impuestos por el conglomerado de Clarín a través de sus periodistas palangristas y mediocres; hoy nos toca salir al cruce a la inefable Alejandra Conti, de la Voz del Interior, de Córdoba. En una nota del 9/9/2012 titulada con pocas luces “Luces y sombras sobre las elecciones en Venezuela” comienza su análisis afirmando “que la campaña se caracteriza por la exacerbación de la extrema polarización vigente en el país, el personalismo del presidente (que lucha, paralelamente, contra un cáncer), los embates del oficialismo contra medios y periodistas no alineados con el gobierno y las denuncias de posibles fraudes por parte de la oposición”. Desde esta premisa apela un artículo, no de sus propios argumentos, sino a un informe del Wilson Center y de Idea Internacional para dar respuesta a sus propios interrogantes de que si “¿Serán limpias las próximas elecciones presidenciales en Venezuela? ¿Ganará con justicia quien resulte triunfador?”. Parece que a esta escriba no le importa informarnos que son los susodichos centros, jugando con la inteligencia de sus lectores, suponiendo que son incapaces de acceder a tan reservada información. Tampoco nos dice que este informe tiene autores, presentado al mismo como sobrehumano, omitiendo que ellos son José Goldemberg académico de la Unam, caracterizado como “intelectual de izquierda” de renombre, que trasciende últimamente por un artículo polémico titulado “no es posible un fraude en las elecciones” ya no en Venezuela sino nada menos sobre las elecciones de México. Su coautor Genaro Arraigada, fue ministro democratacristiano de Eduardo Frei y posterior embajador de Chile en EEUU. O sea que sabiendo la fuente de la articulista, podemos deducir que uno de los que pretende poner en entredicho la legitimidad del CNE Venezolano ha legitimando el espantoso fraude reiterado en su país Azteca, y el otro un hombre de la derecha chilena, burócrata internacional. Ahora estamos sabemos dónde estamos parados. Ahora bien, siguiendo el lineamiento editorial de Clarín y correspondencia de la guerra mediática mundial que coinciden en la matriz de “ataquen al árbitro”, creando las condiciones para quienes se preparan a cantar fraude en las elecciones del 7 de octubre, la periodista pretende sostener que éste informe le dará luces a sus propios interrogantes. Sin embargo, oh sorpresa, los propios autores son les contestan con bastante acierto, y ella omite las más contundentes de sus afirmaciones. La autora debe reconocer que “reporte destaca que las fórmulas de identificación (máquinas capta huellas digitales), votación y cómputo de los votos son avanzadas y adecuadas para permitir elecciones limpias. También se señala como una fortaleza del sistema de transparencia elementos fundamentales para el control y vigilancia de los procesos electorales por partidos, ciudadanos y observadores. Reconocen “un factor de vital importancia es el llamado “triple cotejo” de los resultados por mesa de votación: el del escrutinio obtenido de las máquinas de votación, el acta de verificación que se realiza a mano y con testigos de todos los partidos y el de ambas constataciones con el resultado de la mesa publicado en La Gaceta Electoral”. Lo que la periodista adrede omite, demostrando su deshonestidad intelectual, lo que una de las conclusiones más importante del informe Wilson-Idea donde dice “El sistema tiene fallas y no es absolutamente inexpug¬nable --¿hay alguno que lo sea?-- no obstante ello, nues¬tra convicción es que es confiable, permite su control y monitoreo por la oposición y observadores nacionales e internacionales y excluye la posibilidad de un fraude masivo que no sea detectable.” Sin embargo en el párrafo titulado como “los puntos oscuros” la articulista toma como cierto “la excesiva politización del CNE (Consejo Nacional Electoral) porque “de sus 5 directores, cuatro se alinean con el gobierno y uno con la oposición”. No aclaran los autores, que el CNE es un poder autónomo, cuyos directores lo designa el Congreso Nacional por mayoría(al igual que otros poderes), de acuerdo lo que dicta la Constitución Bolivariana. Los autores se quejan de “la decisión del CNE de sustituir el con¬cepto de “observación” por el de “acompañamiento”, decisión soberana de la Republica Bolivariana a través de CNE, por lo que estas elecciones debutaran entre sus principales acompañantes la de Unasur. Otra “falencia posible es que en las mesas sin testigos de la oposición y donde exista la complicidad de las autoridades, antes del cierre se puede votar por una opción hasta completar el número de personas que no concurrieron a emitir su sufragio” cuando el propio informe destaca como fortaleza “control y vigilancia de los procesos electorales por partidos, ciudadanos y observadores” y que solo puede emitir un voto activando la maquina con la huella digital. Para rematar el informe señala “que en las circunstancias difíciles de unas elecciones que tienen lugar en una sociedad muy polarizada, con un discurso oficial extremadamente agresivo y descalificador de los opositores” como si la ultraderecha vernácula fueran unas carmelitas descalzas, y la polarización no fuera expresión de dos modelos, el de la derecha privatizadora, golpista y capitalista y el modelo de la patria, liberador y socialista. Rodolfo Carballo