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desde Cumaná

martes, 18 de octubre de 2011

UN PROCESO DEMOCRÁTICO INÉDITO A NIVEL INTERNACIONAL

En Bolivia eligen por voto directo a máximas autoridades judiciales



Bolivia dio una prueba del proceso democrático iniciado por Evo Morales en 2006. Se eligieron por voto popular las 56 máximas autoridades judiciales del país. Una lección para varios países, incluida Argentina.

EMILIO MARÍN



Bolivia tenía un récord: haber elegido a fines de 2005 al primer presidente de origen indígena, el aymara Evo Morales. Otro logro muy destacado fue su Nueva Constitución Política, puesta en práctica en febrero de 2009, que convirtió al país en una república pluriétnica y plurinacional. La ley fundamental del Altiplano no quedó en los papeles, pues el gobierno estaba decidido a llevar a la práctica las conquistas allí plasmadas. Uno de esos rubros era la Justicia, teniendo en cuenta que se disponía la elección directa de 56 magistrados (28 titulares y 28 suplentes), de los siguientes órganos: Tribunal Supremo de Justicia (18 integrantes), 2 por departamento; Tribunal Agroambiental (14); Tribunal Constitucional (14) y Consejo de la Magistratura (10).

El Tribunal Supremo de Justicia es el máximo tribunal de la Jurisdicción Ordinaria. El Tribunal Agroambiental es la máxima instancia en la jurisdicción agroambiental: conoce temas agrarios, forestales, de recursos naturales y biodiversidad. El Tribunal Constitucional vela por la supremacía de la Constitución y resuelve conflictos de competencia entre jurisdicciones. El Consejo de la Magistratura es responsable del régimen disciplinario e interviene en la preselección de vocales y jueces.

Sin menospreciar a los jueces de paz ni a los de primera instancia en nuestro país, los bolivianos (sí, los “bolitas” tantas veces despreciados por la derecha xenófoba de Mauricio Macri y varios más), han dado una lección al mundo. Han elegido en forma directa a las instancias superiores de la justicia, luego de cumplir las pautas constitucionales. Seleccionaron a los candidatos entre abogados y dieron iguales oportunidades a todos los aspirantes. De todos ellos quedaron 115 propuestos para llenar los 56 lugares. No hubo “ayuditas”, limitándose la publicidad que podían hacer aquellos que tuvieran más recursos económicos o que pudieran recibir de determinados partidos o empresas. Todos tuvieron el mismo centimetraje o publicidad en los medios.

Al votar en Cochabamba, Evo Morales destacó la participación ciudadana y puso el dedo en la llaga de la vieja justicia poco independiente. “Antes sólo 157 personas del Congreso elegían el órgano de justicia, mientras ahora lo hacen millones de votantes y ésa es la gran diferencia; Ahora arrancará la nueva justicia para Bolivia”, subrayó el mandatario.



Paso a paso

Esas elecciones no se convocaron de un día para el otro, ni por un capricho gubernamental. Tampoco respondieron, como denunciaron los partidos de la oposición, a un intento del oficialismo del MAS, por digitar la justicia.

Nada que ver. El Tribunal Supremo Electoral presidido por Wilfredo Ovando convocó a mediados de mayo último a los comicios mencionados, con un cronograma de los pasos a dar hasta desembocar el 16 de octubre en la apertura de 23.866 urnas en 6.132 colegios electorales.

Ovando informó que estaban registrados para ejercer su derecho 5.243.375 personas, casi la mitad de la población total. El sufragio no podía ser más seguro porque se cuenta desde hace dos años con un padrón biométrico a prueba de irregularidades. El mismo tiene la foto y otros datos del elector, y fue empleado en la segunda presidencial ganada por Morales, en 2009.

Unos cien observadores internacionales llegaron para verificar la pureza del comicio judicial, entre ellos 27 destacados por la Unasur, presididos por el ecuatoriano Fausto Camacho. La OEA envió otros 20, encabezados por el ex presidente de Panamá, Martín Torrijos. La Comunidad Andina de Naciones (CAN), los Tribunales Electorales de la región y el Cuerpo Diplomático pusieron el resto de los expertos.

Al cabo de la jornada, esos observadores destacaron la limpieza de las elecciones, sin reportar ni un incidente. A lo sumo en una región notaron que la votación empezó un poco más tarde por ausencia de las autoridades de mesa, algo normal en nuestro continente. Pero nada más. Ni dobles votos, ni fraudes ni compra de sufragio ni trompadas ni amenazas.

Camacho y Torrijos elogiaron también el padrón biométrico y admitieron que en este punto Bolivia estaba a la vanguardia de la región. Muchos países debían aprender de esta experiencia, fruto en partes parejas del esfuerzo del gobierno de Morales y el mayor interés por la ciudadanía en la participación política, más el empleo de métodos científicos aplicados a la técnica electoral.

Es reveladora la composición de los 115 candidatos a ocupar las máximas poltronas de la justicia. De ese total, 54 son indígenas y 50, mujeres, reflejando el avance de estos sectores en el mundo profesional en el último quinquenio. Varios de ellos, según decida el voto popular, estarán administrando justicia a partir de enero próximo. Los indígenas antes discriminados hoy gozan de igualdad, lo que está en línea con su peso en la sociedad. Según el último Censo Nacional de Población y Vivienda (2001), el 62 por ciento de los 10 millones de bolivianos son indígenas, la mayoría de las naciones aymara, quechua y guaraníes, según recordó el vicepresidente Alvaro García Linera.



Boicot de la derecha

La oposición al gobierno, expresada en el Movimiento Sin Miedo, de Juan del Granado; Unidad Nacional, del magnate cementero Samuel Doria Medina, y Convergencia Nacional, del ex militar refugiado en EE UU, Manfred Reyes Villa, estuvo en contra de esta votación inédita. Los medios de comunicación bolivianos, como también hacen en Argentina sus primos hermanos Clarín y “La Nación”, hostigaron a Morales y la consulta democrática. La acusación era doble: que los candidatos habían sido digitados entre leales al gobierno, y que toda la votación estaba contaminada para favorecer la futura reelección del presidente. Como se verá, la oposición boliviana no es original sino que hace circular en La Paz las mismas mentiras que se repiten contra las autoridades en Buenos Aires, Caracas, Quito y Managua.

Coherente con ese punto de vista, el MSM llamó a votar NO, como si se tratara de un referéndum, UN y CN convocaron a anular el voto.

La alta participación del electorado ha significado un duro golpe para esas políticas de la oposición, que históricamente medraron con una justicia de clase, de venda caída. Algunos medios democráticos del altiplano publicaron archivos donde la derecha y centroderecha (Acción Democrática Nacionalista, MNR, MIR y NFR) se repartían los cargos en todos los tribunales de justicia, desde los más altos hasta los inferiores.

A lo sumo la oposición pudo regodearse el domingo a la noche por los primeros resultados de boca de urna, que daban al voto positivo un 40 por ciento, al NO 47 y los votos en blanco el 13 restante. Así lo informó un canal de televisión privado. El corresponsal de teleSUR en Bolivia, Freddy Morales, citó ese primer sondeo pero acotó que esos guarismos correspondían a las capitales de los 9 departamentos. No reflejaban el voto rural, donde Evo tiene más influencia.

En el alto porcentaje de votos anulados hace hincapié la derecha, como si correspondieran completamente a su propuesta. En cambio el ministro de Comunicaciones del gobierno, Iván Canelas, explicó que “la falta de información generó que muchas personas votaran en una misma línea varias veces, lo que provocó votaciones nulas”. Es una explicación razonable, teniendo en cuenta que para cada función (TSC, TA, TC y CM) se votaba con una boleta de color distinto, lila, amarilla, etc, y eso no era fácil de comprender para los electores.

En Córdoba, el 7 de agosto pasado, hubo un insólito 17 por ciento de votos en blanco o anulados para legisladores provinciales (375.000 votos), porque era la primera vez que se usaba la boleta única. Y los votantes marcaron dos veces en la columna de los mismos cargos o no la marcaron. Eso puede haber ocurrido en Bolivia en una primera elección en su tipo.

Recién el 29 de octubre próximo se tendrán los resultados oficiales. Pero los amigos del imperio en Argentina, y enemigos del “indio” Morales, no perdieron un minuto en dar su interesada versión. “La Nación” tituló ayer: “Inédita votación en Bolivia, Revés para Evo en la elección de jueces”. Su bajada, sin atenuantes ni dudas, proclamaba: “La mayoría votó en blanco o nulo, como había pedido la oposición; era un virtual plebiscito”.

Estos sectores son híper oportunistas. En Argentina bendijeron las armas del Ejército que exterminó a los pueblos originarios para la acumulación latifundista. Y en Bolivia dicen simpatizar con ONG y sectores indígenas minoritarios que marchan a La Paz para denostar al presidente aymara por abrir una carretera en el TIPNIS.