domingo, 12 de septiembre de 2010
Nuestros ausentes presentes
Septiembre: las batallas del pueblo
MAPU Santiago
http://mapuenlalucha.blogspot.com
En septiembre de 1970, Chile alcanzaba, a través del voto popular, la Vía Chilena al Socialismo.
El triunfo de Salvador Allende Gossens como candidato presidencial de la Unidad Popular fue una victoria legítima, que conmovió no solamente a la izquierda mundial, sino también a la derecha que vio desestabilizarse las estructuras de su política imperante sobre Latinoamérica.
Fue la gran batalla por la independencia económica de Chile
Gran triunfo del auge del movimiento popular y de masas, con la fortaleza y la tradición de lucha de la clase trabajadora y la existencia de sus poderosos partidos de clase, en ese momento histórico, y que alcanzaba también a sectores de la pequeña y mediana burguesía.
La nueva estructura de poder se construiría desde la base, a través de un proceso de democratización y de una movilización organizada de masas.
Mil días de gobierno popular bastaron para cumplir con los puntos básicos del programa de gobierno de la UP: -Nacionalización del cobre y de las riquezas básicas, -La reforma agraria que puso fin al despotismo patronal y -La socialización del sistema financiero, asumiendo el Estado el control de los bancos privados, nacionales y extranjeros.
Mil días bastaron, también, para que la derecha política, la ultra derecha económica y los monopolios imperialistas, planificaran y estimularan la gran crisis económica, creando y administrando el mercado negro y la especulación, promoviendo y financiando la subversión empresarial y creando, desde el Parlamento, factores de presión inflacionaria.
El imperio movilizó considerables recursos para derrocar al gobierno del pueblo, acompañando así la acción de la derecha chilena. Con horror, la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado trabajaron la hipótesis de una posible victoria revolucionaria en su patio trasero.
Surgió así la traición a la patria, el alzamiento y la sublevación cívico-militar que a sangre y fuego asaltó el poder para terminar con el sueño de la libertad y la independencia de Chile, y que derrocado el gobierno constitucional inició la guerra contra su propio pueblo.
En esta fecha rendimos homenaje de honor y gloria al compañero ex presidente de Chile, Salvador Allende.
Honramos y nos honra su memoria de valor y consecuencia con sus ideales y que por amor a su pueblo, entregó su vida en sublime sacrificio, que no será olvidado.
En contraste, este 11 de septiembre nos encuentra en franco retroceso en relación con los principales logros conquistados por el pueblo de Chile. La Concertación preparó el camino y hoy la Alianza por Chile continúa la política de represión y explotación capitalista, los monopolios se han apoderado de la comida, el agua, la salud y la educación del pueblo y están al cateo de la laucha para apoderarse del “sueldo de Chile”, y todo esto con la anuencia del imperialismo.
Si el cobre fuera chileno habría educación gratis, estatal, laica y de calidad y mucho, mucho más.
Con Piñera se ha hecho más evidente la prepotencia patronal -llamada cambio- en la administración pública, en la fábrica, en las minas, en el campo y de cordillera a mar. Prepotencia contra nuestros hermanos mapuche y prepotencia frente a la protesta de los estudiantes, trabajadores, endeudados y grupos ambientalistas, quienes reclaman sus derechos. A ellos se responde con la violencia de su policía militarizada.
Los bancos empobrecen a los endeudados, con intereses usureros y cobranzas judiciales.
Otra característica de la patronal es su forma de gobierno en base a montajes. Montajes de todo tipo: judicial, policial y propagandístico, al extremo de exhibir la tragedia de 33 mineros, que están sepultados vivos a 700 metros bajo tierra, producto de la ineficiencias y explotación de la empresa privada y el contubernio de los gobiernos de turno, como uno de los mayores logros de este gobierno, porque está tratando de rescatarlos. Mueren 6 trabajadores mineros en el norte y presentan el hecho como un acto terrorista, de ellos mismos. Todo esto para ocultar la explotación de los señores de la mina, y su codicia patronal sin límites.
Llamamos a los trabajadores y al pueblo de Chile a no dejarse engañar con el montaje del bicentenario, porque parece que estuvieran celebrando los 500 años de la invasión española y el genocidio que ellos llaman “pacificación de la Araucanía”. Bicentenario de dolor y muerte.
Saludamos a todos los que luchan
por su libertad, por su tierra y por la libertad de su pueblo.
No más opresión al pueblo mapuche
Vivir con honor o morir con gloria
http://mapuenlalucha.blogspot.com/2010/09/11-de-septiembre-de-2010-las-batallas.html