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desde Cumaná

domingo, 24 de abril de 2011



Cuba busca racionalidad y eficiencia”
entrevista a Ricardo Alarcon

24/04/11.- A partir del sábado 16 de abril y hasta el martes 19, delegados del pueblo cubano discutieron en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba ( PCC) las propuestas realizadas por el presidente de la isla, Raúl Castro, para la actualización del modelo cubano. Al finalizar el congreso, el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, concedió una entrevista a la multiestatal Telesur en la que destacó la importancia de las transformaciones tanto económicas como políticas que se ponen en marcha para “salvar el socialismo”, según sus propias palabras. A continuación fragmentos de la entrevista realizada por Patricia Villegas.

—¿Cuál es el significado de este encuentro? No está por demás decirle que hay quienes califican estos cambios como cosméticos y quienes, desde la izquierda, manifiestan preocupación por antecedentes como el de la Unión Soviética, ¿un camino a la cubana qué aspectos esenciales recoge?.

—De cosmético nada, ni de abandono al Socialismo tampoco. Lo que se convino ayer (martes) fue un proceso que realmente comenzó desde diciembre del año pasado con la discusión de los lineamientos de la política económica y social de Cuba, del Partido y de la República. En la derecha no nos entienden porque lo que estamos haciendo no se hace en ninguna parte. En ninguna parte de Europa o de América del Norte se ha consultado a los trabajadores las medidas drásticas que se han impuesto de recortes económicos y aquí se han discutido una por una con todo el mundo, las hemos modificado y las ajustaremos también en su aplicación al criterio de los trabajadores cubanos, que son los dueños de esta sociedad.

—¿Que Cuba diga transformaciones y no reformas y cambios es un asunto de palabra?

—Se les puede bautizar como quieras pero evidentemente son transformaciones, modificaciones, pero quizá cierta renuencia del lado nuestro venga por una razón fundamental, que nadie se confunda. No hemos podido ser más sinceros, más abiertos al proclamarlo, no intentamos regresar al pasado, sino ajustarnos a un mundo que nosotros no determinamos, a las circunstancias que nos rodean y para salvar nuestro Socialismo, no el de cualquier crítico de la izquierda o de la derecha, y hacerlo cada vez más eficiente y mejor desde el punto de vista de los cubanos.

—La eliminación de la libreta de abastecimiento, o las gratuidades ¿cómo será eso?

—En primer lugar, nadie en este país va a ser abandonado, hay que cambiar el sistema que era demasiado igualitarista, demasiado costoso con la llamada libreta de abastecimiento porque se repartía, a todos por igual, productos a precios fuertemente subsidiados, es decir, que los precios que pagan los cubanos no tienen nada que ver con el mercado mundial, y ahora es peor porque todos los precios se han disparado en el planeta significativamente en lo que va de año. ¿De qué se trata? Gradualmente, no como hacen los países capitalistas que de un golpe le imponen a los pueblos, en lugar de subsidiar los productos, subsidiar a las personas que lo necesiten. En cuanto a la educación y la salud, seguirán siendo universales y gratuitas para todos, pero tratando al mismo tiempo de que sus servicios se ofrezcan con la mayor racionalidad, la mayor eficiencia, no para privatizarlos, sino para garantizar su permanencia para siempre.

ELIMINAR LA BUROCRACIA

Alarcón precisó la importancia de eliminar obstáculos tales como la burocracia, para el impulso del trabajo por cuenta propia. Así mismo, dijo que se acordó que la banca cubana otorgará créditos a estos nuevos “actores legítimos de nuestra economía”.

Habló también de la necesaria descompresión de las infladas plantillas laborales del Estado. Un proceso que se llevará a cabo “sin prisa pero sin pausa”, indispensable para “inyectar a nuestra economía de racionalidad, de eficiencia”, dijo el dirigente cubano al recordar que la economía cubana es “la única economía del planeta que es asediada, perseguida, víctima de una guerra económica feroz” asediada por el presidente estadounidense Barack Obama quien ocultamente “se concentra, particularmente, en atacarnos en el ámbito financiero, perseguir las transacciones bancarias de Cuba, hacernos la vida lo más difícil posible”, afirmó.

UNA GENERACIÓN DE RELEVO

Respecto de la decisión tomada en el congreso para limitar los mandatos de los altos cargos estatales a dos períodos de cinco años, Alarcón reconoció la existencia de “errores en la política de cuadros que han conducido a que haya una generación que tiene que seguir cumpliendo con responsabilidades que no tienen un relevo seguro de gente más joven que haya podido adquirir la experiencia suficiente a lo largo del camino”, expresó al tiempo que anunció que el próximo enero el congreso del Partido estará dedicado “exclusivamente a la discusión de las cuestiones políticas, organizativas, de cómo funciona el Partido, del cambio, las modificaciones que tenemos que introducir al estilo del trabajo, a los métodos de trabajo. Hay que renovar profundamente cómo opera nuestra organización, y en ese contexto, uno de los elementos que tendrá importancia evidentemente, es establecer límites a los términos de mandato de los cuadros de los dirigentes en cada posición”, destinados a generar una “renovación constante de la dirección”, dijo.

El mandatario de la asamblea cubana señaló como un ejemplo la actitud del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien pidió que esta vez no se le postulara a ningún cargo dentro de la directiva del partido.

“Hubo un momento culminante, fundamental, del congreso, que fue el ejemplo de Fidel Castro cuando fue él quien planteó que no aceptaba ser presentado nuevamente como miembro del Comité Central, ni tampoco del Buró Político. No le hace falta, por supuesto, tiene prestigio, autoridad moral como guía de la Revolución y no le hace falta ningún cargo para ejercer esa autoridad, moral, ideológica, ejemplarizante para todos los cubanos, está indicando el camino que todos tenemos que seguir más o menos, en un momento u otro”.

Al mismo tiempo, consideró que “todo revolucionario debe pelear por la Revolución, todo patriota debe luchar por la Patria mientras ésta lo necesite, y en el caso nuestro nos van a necesitar por mucho tiempo, desgraciadamente, porque el enemigo es muy poderoso y no nos da tregua, pero, al mismo tiempo tratando de que otros asuman las nuevas responsabilidades, ayudando a forjar las nuevas generaciones”.

Para Alarcón la situación no reclama necesariamente ser un cuadro político o un militante comunista, sino “ser patriota, leal a la patria, independientemente de creencias o maneras de pensar”.