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desde Cumaná

miércoles, 17 de marzo de 2010

Un grano de maiz Antonio Aponte

LA EXISTENCIA PETROLERA
La mejor escuela socialista es la existencia socialista, al construirla se construye en masa al hombre socialista. Es así: Socialismo y socialistas tienen dependencia recíproca.

De allí que la tarea principal de un proceso que va rumbo al Socialismo sea construir una realidad, una existencia socialista. La pregunta que surge es ¿cómo es la existencia socialista? Veamos.

El Socialismo es, en última instancia, la restauración del sentido de pertenencia a la sociedad, la convicción de que la suerte del todo social depende de la suerte de cada uno de sus miembros, y que el todo social se importa por la suerte de cada uno de sus hijos, el convencimiento de que no hay salida individual. Es, en resumen, la instauración de las relaciones amorosas y la derrota de las relaciones egoístas.

Entonces, la existencia socialista será aquella que se entrelaza con la conciencia de sociedad. Y esa existencia es resolver los problemas de la vida en sociedad: la producción, la distribución, la cultura, todo debe tener como centro a la sociedad, ella debe ser el origen y el fin de toda actividad.

La ilusión de soluciones individuales con la que el capitalismo nos adormece, será superada, y la integración social iluminará la vida.

De allí que no es azar que en la Revolución Bolivariana llegó el momento protagónico de la Clase Obrera, sólo ella posee las condiciones materiales de la vida en sociedad, se gana la vida en sociedad, produce en sociedad, resuelve los problemas de su existencia en sociedad.

Por eso entiende muy bien la esencia del Socialismo, el rescate, la integración social. Para ella es familiar la organización, la disciplina, el desprendimiento, el altruismo.

Es una clase que para liberarse necesita cambiar de raíz al mundo, liberarlo del capitalismo, del trabajo enajenado, de la propiedad nosocial de los medios de producción. En resumen, es una clase que para liberarse necesita construir el Socialismo.

El capitalista sabe de la fuerza de la Clase Obrera, la sabe destinada a ser sepultureros de su sistema de explotación que lleva a la extinción de la vida, por eso la mantiene en un estado de ceguera espiritual, intentan que no concientice su fuerza de cambio, y que no interiorice la necesidad de ese cambio. Muchas maneras usa la oligarquía para maniatar a la Clase Obrera, la principal es confinarla al economicismo, a la noria de las reivindicaciones superficiales, las que no ponen en peligro al sistema capitalista.

La Revolución Bolivariana tiene razones para la esperanza, en medio de la turbulencia que significa la lucha pacífica con el enemigo capitalista, asediada por la costumbre y la tradición de país rentista, en medio de tantos peligros, seducciones, acechanzas, emerge una Clase Obrera poderosa, que da signos claros de superarse, de encontrarse con su papel histórico.

Amplios sectores de la Clase Obrera Petrolera, sorteando extravíos, dan muestra de pujar para construir esa nueva existencia socialista, que sirva de fragua para el Hombre Nuevo.
¡Chávez es Socialismo!

¡La Clase Obrera guiará el camino!